LA COFRADÍA DE LA SANTA VERA CRUZ DE CANDELEDA
PERGRINÓ A URDA
Ramón Lorente-Vicesecretario de Comunicación de la M. A y V. Cofradía
de la Santa Vera Cruz de Candeleda.
El activo Secretario-Administrador de la M.
A. y V. Cofradía de la Santa Vera Cruz de Candeleda, nuestro buen amigo Deme,
quería organizar una excursión corta a un lugar que fuera del interés de la
Cofradía. Y pensó en Urda
Urda es una localidad manchega ubicada a
caballo entre las comarcas Montes de Toledo y La Mancha. Muy conocida en toda
España por su célebre imagen religiosa del “Cristo de la Vera Cruz” o “Cristo
de Urda”. Tiene concedida la celebración de año jubilar perpetuo en todos los
años que el día 29 de setiembre, solemnidad del “Santísimo Cristo de la Vera
Cruz” o “Cristo de Urda”, coincida en domingo. El año 2016 se concedió también
el “Año Santo de la Misericordia”.
Y allí fue la Cofradía de la Santa Vera Cruz
de Candeleda, previa cita acordada previamente con la Basílica del Santísimo
Cristo de Urda. Tal es la aglomeración de público de todas partes de España en
Urda.
El viaje se realizó el día 9 de octubre de
2016, domingo. Ese día a las seis de la mañana arranco el autobús, con
cincuenta y seis cofrades, hermanas y hermanos, camino de Urda, vía Toledo.
Como viene siendo preceptivo en estos actos,
nada más iniciarse el viaje se puso la mesa para el primer tentempié: aguardiente
con perrunillas, flores, tirabuzones, rosquillas, y algo más que no recuerdo.
Más adelante se paró a desayunar.
Al llegar a Urda la expedición fue recibida
por el Capellán de la Basílica del Cristo de Urda y entró la Cofradía con su
estandarte en la Basílica. A las doce de la mañana se rezó el ”Ángelus”, como
es preceptivo, siendo dedicado a La Excelsa Patrona de Gredos, Nª Sª de Chilla.
El Mayordomo de la Cofradía, Pedro, participó en la lectura.
Debo decir que la Basílica del Cristo de Urda
guarda como un tesoro único, un trozo de la roca donde se clavó la Cruz de Cristo
en el monte Gólgota.
Se realizó después el “Besapiés“ al “Santísimo
Cristo de la Vera Cruz de Urda”.
Luego, finalizados los actos religiosos, se
hizo un recorrido por el pueblo de Urda, donde se probó el buen vino manchego,
o la cerveza, a gusto de cada cual.
Ya alimentado el espíritu, se procedió a
alimentar el cuerpo. Para ello se había reservado plaza en un magnífico
restaurante, donde se realizo una suculenta comida de hermandad, por poco
dinero, las cosas como son.
Se inició el regreso, todo el mundo contento
y satisfecho, y se llegó a Consuegra, la bonita localidad toledana de los molinos
de viento, donde se hizo un alto para estirar las piernas y visitar los
molinos, y para que cada cual se tomara lo que apeteciera.
Finalizó el viaje en Candeleda con un día muy
completo para todos los participantes en el mismo.